Somos una empresa familiar que busca entregar la misma dedicación y amor que se pone en cada detalle en casa en todos nuestros productos. Nuestra historia se remonta a 1987 cuando Isabel van Treek Miranda, hija de María Miranda y el reconocido banquetero Ferdy van Treek, decide estudiar repostería en Santiago para dedicarse a hacer las “cosas dulces” de los banquetes de su padre.
Un extraordinario talento innato comenzó a relucir desde sus primeras tortas, que fueron recibidas con una gran aceptación por la distinguida clientela rancagüina. Fue así como “de boca en boca” se esparció el dato de las deliciosas “Tortas van Treek”.
Corría 1989 y los pedidos eran tantos que ya no los podía hacer una sola persona. La batidora de mano se hacía poca, el horno de la casa solo cocía una torta y los 5 kilos de azúcar que se compraban en cada viaje al mercado eran insuficientes. Los pedidos seguían aumentando y se trabajaba sin descanso todos los días de la semana.
Su esposo, Ricardo, trabajaba en construcción, pero Isabel necesitaba aún más ayuda, pues el negocio auguraba prosperidad. En 1996 deciden unir esfuerzos y esperanzados compran la casa del Pasaje 1 #662, Rancagua Norte, que sería de uso exclusivo para la fabricación de sus productos. Es así como “Tortas van Treek” logra tener su propio local.
De a poco, con mucho esfuerzo y preocupación por mantener la calidad en cada detalle, esta pastelería artesanal fue industrializando sus procesos para lograr cumplir con los requisitos de la gran cantidad de clientes que solicitaban tortas a diario. El nuevo milenio consolidó a nuestro negocio familiar como una de las pastelerías más renombradas en Rancagua.
Recientemente hemos cumplido un nuevo sueño: Darle una nueva cara a nuestro local, ampliamos nuestra gama de productos, siempre con "El sabor de lo hecho en casa".